Aquí iré publicando textos ya antiguos que, pese a poder estar publicados en otros lugares, en su momento no terminaron de gustarme y, ahora, he decidido rescatar tras haberlos modificado más o menos para tratar de mejorarlos. Aunque, quizá, muchos de ellos, por no decir todos, sigan sin ser completamente de mi gusto.



viernes, 16 de julio de 2010

Porque el cielo, ni es azul ni cielo



Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!

Bartolomé Leonardo de Argensola

Cuando al fin se demuestre que es mentira
esta vida que pasa sin sentido,
que me duele, que gime y que suspira
añorando sin suerte lo prohibido;

y tu amor espejismo en que se mira
este cuerpo, sudario desvaído,
que amortaja a mi espíritu que expira
por no haberse en tu fuego consumido;

cuando al fin no haya gloria como broche
y la Parca nos quite de un zarpazo
este azul que la nada nos anuncia…

¿para qué habrá servido esta renuncia
que se niega a fundir en un abrazo
nuestras almas buscándose en la noche?

Este, creo recordar, fue el primer soneto que me atreví a escribir. Pero es también uno de los últimos. Quiero decir que, desde el original hasta este de ahora, ha vivido innumerables metamorfosis, tantas que se podría decir me ha llevado escribirlo 7 u 8 años. Y, aún hoy, creo que sigue inacabado.