Aquí iré publicando textos ya antiguos que, pese a poder estar publicados en otros lugares, en su momento no terminaron de gustarme y, ahora, he decidido rescatar tras haberlos modificado más o menos para tratar de mejorarlos. Aunque, quizá, muchos de ellos, por no decir todos, sigan sin ser completamente de mi gusto.



martes, 29 de enero de 2013

La flor del tabaco


(Pues si mata… que mate)



A Manolo Rubiales –echando humo.



Ayer noche, al quedarme sin tabaco
–Estaban los estancos y colmados,
Los quioscos y los bares ya cerrados–,
Enérgico llamé a puertas de Paco

–Vecino fumador e hipocrondriaco–
Para pedir un pito o dos prestados.
Quedaron mis sentidos fascinados
ante el bizarro escote afrodisiaco

Que me mostró su esposa, Aurora Luisa,
Coqueta, al sentenciar: “Paco está fuera
Y lo ha dejado; mas no tengas prisa,

Que tengo yo un antojo en la cadera,
Flor de tabaco, amor, y en la repisa,
Condones que, contigo, usar quisiera”.

(Mayo de 2008 – enero de 2013)

lunes, 29 de octubre de 2012

Sensibilidades discordantes


sumidos en la helada
y opaca intimidad sin emoción
ni encanto que impregnaba
la alcoba nauseabunda en la que a media
luz sucia en voz muy baja
nos asestábamos poemas como
agudas puñaladas
rozó libidinosa con la punta
de la lengua –su lengua húmeda y cálida-
el lóbulo reseco de mi oreja
en tanto ronroneando como lo hacen
los gatos afligidos de la calle
en noches de aguacero y sin sardinas
lasciva me decía

–¿quieres follarme?


–¡nunca!

follar no es más que un acto
en que prima lo físico ¡jamás!
¡no! no lo haría nunca!
mas deja que te diga que me muero
por yacer a tu lado por engendrar contigo
la emoción más nuestra la más sublime
hace ya tanto tiempo ¡tanto que lo deseo!
¿hacemos el amor?

y entonces con sus poemas de Bukowski

bajo la axila sudorosa
que muy de tarde en tarde se hacía depilar
se despidió de mí
amablemente
sólo
amablemente

después cuando el compá de soleá

de sus finos tacones de asesina
estrecho se perdió
al final del pasillo para siempre
defenestré abatido mi íntima multitud
ajada de suspiros y de lágrimas
por la ventana a cal
y a cántico cerrada


(Noviembre 2005 - octubre 2012)

sábado, 27 de octubre de 2012

¿Acaso era esto amor?


Y, dime,
¿cuáles son tus aficiones?
–balbucí, conturbado por su inmensa belleza.
Pude haber dicho “estudias o trabajas”
u otra de tantas frases al uso utilizadas
para ir rompiendo el hielo.
Pero le pregunté,
torpe y turbado, por sus aficiones,
sin esperar con ello –o tal vez sí-
meterle fuego, evaporar el Ártico.
Mis aficiones –respondió, coqueta-
cocinar todo tipo de tortillas
y follar, mucho más
que otra cosa
follar;
y es que follar es algo
delicioso,
¿verdad?
Comprobé con el tiempo
que era una toda una experta
batiendo huevos y una
amante incombustible e insaciable.
Y no deja de serme inconcebible,
ahora que se ha marchado para siempre,
echar, más que otra cosa, tanto en falta
sus tortillas francesas.

(Febrero 2008-octubre 2012)

domingo, 30 de septiembre de 2012

El nacimiento del vampiro


Ya sé que no habrá paz
jamás en este abismo,
que la felicidad me fue extirpada

por siempre, por los siglos
de los siglos,
hasta el fin de los tiempos.
Me fueron lentamente arrebatadas,
en mitad de la noche, a dentelladas,
en la espera sin fin, la ignominiosa
espera de una aurora
emponzoñada de recuerdos falsos.
Pero hete aquí que, inesperadamente,
desde el estéril fondo donde yacen
las trémulas cenizas
de la última gota de mi sangre,
me han nacido unas garras, alas
negras,
afilados colmillos,
con los que arremeter contra el vacío,
perforar las arterias, oscurecer las sombras,
desgarrar las pupilas
al espanto.
En lanzas se han mudado los escudos
y oh, dios, cuán gran terror
me embarga por las ansias infinitas
que me empujan a usarlas.

(Diciembre 2007 - septiembre 2012)

sábado, 21 de abril de 2012

El Éxodo


Buenas noches. Les llamo
para notificar un hecho triste:
la desaparición de un buen amigo.
Se me perdió en la noche
de un final de diciembre de hace ya varios siglos,
sin que se haya sabido nada de él desde entonces.
Uno noventa y cuatro
de estatura, sus ojos como abismos
y las manos vacías,
la última vez que fue visto con vida
deambulaba desnudo y llevaba en su piel
la marca de una herida,
y un cúmulo de espinas brillantes y celestes
clavadas en sus huellas.
Los que lo conocimos
estamos sumamente preocupados
porque aunque en otras ocasiones ya
se ausento sin aviso, nunca fue
por tanto tiempo. Puede
que se encuentre muy solo y, anhelando volver,
no sepa como hacerlo,
que haya sufrido un trágico accidente,
o haber incluso sido secuestrado
por una espesa sombra que lleve su apellido.
Les ruego que me ayuden a encontrarlo
antes de que enloquezca de intemperie
o ahogado en el silencio.
Les puedo asegurar –doy mi palabra-
que no intento gastarles una broma
y que el motivo por el cual no les refiero
mi nombre ni el lugar desde el que llamo
es porque ya no alcanzo a recordarme
ni sé muy bien donde me encuentro. Sólo
puedo decirles con certeza
que voy desnudo y tengo miedo y frío,
todo está oscuro y llevo mis huellas
como lluvia sangrando.
(Qué duro comprender que tras la arena
jamás hubo una tierra prometida).


(Abril 2008 - abril 2012)

domingo, 29 de enero de 2012

Seaheaven


Y si esta intolerable pantomima
Fuese algo semejante al Show de Truman,
Y todos estos que en redor de mí
Pululan sólo cómicos actores, y el guión de mi vida
Estuviese dictado por la audiencia
-Esa audiencia que, estulta y miserable,
Devora los despojos de los otros
Buscando en la congoja su alimento.
Y si yo fuese sólo un mal proyecto,
Sólo un ensayo
Sobre la tristeza,
Sobre la soledad,
Sobre heridas abiertas por los muros.
Y si descubro, inesperadamente,
Tramoya, luz, telón, igual que espadas graves,
Y dirigiendo todo el espectáculo,
A dios. Y si esta mar, a la que temo tanto,
No fuese más que un decorado, el humo
De una turbia quimera.
No, no sería nunca -estoy seguro-
Mucho mejor que la ficción que ahora,
Muy poco a poco me va consumiendo.


(Abril de 2008 - enero de 2012)

jueves, 26 de enero de 2012

Fado triste


“Vai ó sol poente
vai e não voltes”

Vitorino Salomé

Esta vez -no me esperes-,
No asistiré a la fiesta.
No cantaré contigo, con voz grave,
Ni buscaré con celo tu sonrisa
Entre la muchedumbre y el pasado.
No brindarás por mí con vino blanco
Ni yo lo haré por ti ni por nosotros.
Tampoco esperaré a que, en llegando
El fin de la velada,

Te despidas de mí con un abrazo
Y con un “te echaré mucho de menos”,
Eufonía en mi alma.
No, no estaré. Ni tú
Llegarás un instante a echarme en falta.
Y atado, como espectro, a mis entrañas,
Me hará bailar un fado insomne y triste,
Tu recuerdo hasta el alba.

Diciembre de 2007 – enero de 2012