(Pues si mata… que mate)
A Manolo Rubiales –echando humo.
Ayer noche, al quedarme sin tabaco
–Estaban los estancos y colmados,
Los quioscos y los bares ya cerrados–,
Enérgico llamé a puertas de Paco
–Vecino fumador e hipocrondriaco–
Para pedir un pito o dos prestados.
Quedaron mis sentidos fascinados
ante el bizarro escote afrodisiaco
Que me mostró su esposa, Aurora Luisa,
Coqueta, al sentenciar: “Paco está fuera
Y lo ha dejado; mas no tengas prisa,
Que tengo yo un antojo en la cadera,
Flor de tabaco, amor, y en la repisa,
Condones que, contigo, usar quisiera”.
(Mayo de 2008 – enero de 2013)